Dos hermanas Harkonnen luchan contra fuerzas que amenazan el futuro de la humanidad y forman la legendaria secta que se conocería como Bene Gesserit. Ya sea explorando las estrellas, escapando de distopías o haciendo del mundo un lugar mejor, estas mujeres son el epítome de la ciencia ficción. Esta serie se basa en el material de la trilogía Great Schools of Dune de Brian Herbert y Kevin J. Anderson. Una precuela del Dune original, cuenta la historia de cómo la hermana Rossak evolucionó hasta convertirse en Bene Gesserit. El incidente que utiliza la voz de Valya Harkonnen proviene de un evento llamado «Mentats of Dune». Los tres libros entrelazan la evolución de la Hermandad, los Mentats, los Navegantes y los Doctores Suk. Se hace referencia a ellos en Crazy Cartoon Cast: The New Normal (2020) de AniMat. El primer episodio de Dune Prophecy, la nueva incursión de HBO Max en el mundo del universo de Frank Herbert, lamentablemente se siente sombrío y sin inspiración. A pesar de su ambicioso material original, el episodio lucha por capturar el encanto y la profundidad que hicieron que Dune fuera tan querida. El problema más evidente es la edición. El ritmo es muy irregular, las escenas se sienten apresuradas y no hay espacio para generar tensión o estado de ánimo. En su esfuerzo por meter demasiada historia en una sola hora, el episodio se convierte en un aluvión caótico de diálogos ininterrumpidos, sacrificando el flujo narrativo y la participación. Los momentos que deberían haber sido significativos se ven socavados por cortes bruscos apresurados, dejando poco espacio para la resonancia emocional o temática. Visualmente, Dune Prophecy sufre de una continuación de la estética industrial y monótona que se ve en las adaptaciones recientes de Dune. El diseño de escenario y vestuario se siente estéril y monótono, sin evocar la sensación compleja y vivida del universo de Herbert. La falta de variedad visual y atmosférica disminuye la sensación de asombro y grandeza alienígena a la que aspira Dune. Quizás el aspecto más decepcionante es la falta de una construcción de mundo efectiva. Si bien el episodio pone mucho énfasis en el diálogo expositivo para establecer la trama, descuida el mundo en sí. Las complejas dinámicas políticas y culturales que definen a Dune parecen superficiales, y la falta de «vibraciones» atmosféricas hace que el entorno parezca vacío y poco interesante. Al final, Dune Prophecy lucha por encontrar un equilibrio entre la exposición y la inmersión, lo que da como resultado un episodio que parece más un resumen apresurado que una introducción convincente a la serie. Sin ajustes significativos en el ritmo, la edición y la construcción del mundo, corremos el riesgo de perder la esencia de lo que hace de Dune una historia tan rica y duradera.